Compartir este artículo

Innovador sistema permite rastrear el SARS-CoV-2 por comuna y variantes en circulación

Utilizar la red de alcantarillado para estudiar el Covid-19 es una iniciativa que se desarrolla en muchas partes del mundo, incluido Chile. Analizar las aguas residuales ha sido vital para rastrear la circulación de nuevas variantes y adelantarse a los brotes en distintos sectores.

Este trabajo se puede realizar porque las aguas servidas que van a las plantas de tratamiento llevan la orina y deposiciones de todas las personas y, con ello, patógenos como virus, bacterias, restos de drogas (lícitas e ilícitas) y todo lo que se puede excretar desde el organismo. Así, en los laboratorios, mediante distintas técnicas bioquímicas, se puede rescatar esa información y saber lo que ocurre en un número determinado de cuadras, según donde se tome la muestra.

En Chile, desde el año pasado se están analizando muestras de aguas servidas como parte de un proyecto empujado por la Seremi de Ciencia de la Macrozona Centro Sur, Paulina Assmann. “El año pasado vimos algunas publicaciones científicas y decidimos levantar un laboratorio. Hablamos con algunas intendencias y finalmente se lo presentamos a las autoridades de la Región del Ñuble y lo logramos hacer en tres puntos de la ciudad de Chillán. Un Establecimiento de Larga Estadía para Adultos Mayores (Eleam), la cárcel de la ciudad y una residencia sanitaria”, explica Assmann.

Este fue un piloto que la Seremi de Ciencias levantó junto con la Intendencia de Ñuble, la Seremi de Salud Ñuble, la Universidad de Concepción y Essbio. El proyecto ha tenido positivos resultados, logrando identificar la carga viral y, con ello, el sector donde se concentran las personas contagiadas, con o sin síntomas.

El ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Andrés Couve, explica que este sistema de detección del Coronavirus permite mantener un monitoreo de poblaciones sin necesidad que los individuos recurran a hacerse un PCR. “Constituye una manera de mantener esa vigilancia con pocos puntos de control que dan cuenta la carga viral presente, permitiendo anticipar brotes y dirigir la búsqueda activa de casos”, comenta Couve.

Rastreo en aguas residuales

Por medio de las heces se puede detectar el SARS-CoV-2 incluso antes que el PCR de hisopado nasal. Esta muestra se puede realizar por las aguas servidas. De esta forma, se puede estudiar el estado de contagios, variantes del virus, monitoreo dinámico de la propagación en la población e, incluso, predictor 3 a 7 días antes de manifestar síntomas.

Aldo Gaggero, director del programa de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, hace siete años que estudia las aguas servidas de la ciudad buscando distintos patógenos y en marzo del año pasado, se sumó a la detección del virus causante de Covid-19.

“Nosotros revisamos virus asociados a diarrea, polio y otros. La vigilancia de aguas residuales es mucho más barata que otras técnicas aplicadas en personas. Desde que empezamos con SARS-CoV-2, hemos visto como la carga viral del agua se relaciona con la cantidad de personas positivas que se detecta a través de los PCR o antígenos que realizan a las personas”,

“Las alcantarillas son como los intestinos de las personas. Todo lo que se pueda desechar en una casa, lo que desecha el cuerpo humano, se puede detectar. Drogas, análisis de resistencia a antibióticos, patógenos”, explica Matías Hepp, jefe del Laboratorio de Investigación en Ciencias Biomédicas de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, quien junto a su equipo se sumaron al proyecto en diciembre de 2020.

De esta forma, para analizar las muestras recogidas de aguas residuales “lo que se hace es centrifugar la muestra de agua a alta velocidad y lo que va precipitando o quedando en el fondo es lo que se analiza y se hace PCR”.

Gracias los resultados obtenidos en Chillán, el proyecto de vigilancia recibió la aprobación por parte del Gobierno Regional para ser implementado en toda la región del Biobío. Se espera detectar el virus y sus variantes con la instalación de recolectores de muestras en 33 puntos. Así, cada comuna tendrá su muestreo semanal.

“Hoy este tipo de vigilancia es muy importante porque en el estado actual de pandemia, las personas se creen sanas y no acuden tanto a la realización de PCR, también hay más asintomáticos. El monitoreo sistemático de vigilancia nos permite no perder la sensibilidad de lo que está ocurriendo”, dice Assmann. “Se trata de una estrategia que se anticipación y no de reacción”, añade.

Además, para la detección de nuevas variantes, se habilitarán kit que permitan determinar cuáles están circulación en cada comuna. En los proyectos piloto de Chillán y San Pedro de la Paz, se detectó la variante Gamma, lo que está en línea con la detección de variantes que realiza el Instituto de Salud Pública (ISP). La variante Delta, no ha sido detectada aún en las aguas servidas.

“Ya estamos en conversaciones con otros municipios que también quieren realizar este tipo de vigilancia. Las alcantarillas son los intestinos de la sociedad. Hoy es la pandemia de Covid-19, pero no sabemos qué otras pandemias pueden venir. Este sistema es como el termómetro que todos tenemos en el botiquín de la casa. La capacidad instalada puede quedar, hay más laboratorios que pueden hacer esta vigilancia. Las aguas servidas son oro y esta es una oportunidad para que el país pueda instalar un sistema de monitoreo a nivel nacional”, insiste la Seremi de Ciencia.

Artículos relacionados